Cinco canciones para la paz

El conflicto bélico que se ha desatado en Ucrania -lo hemos comprobado- está teniendo muchas más consecuencias. Estamos ante una guerra del siglo XXI y la situación de emergencia humanitaria más relevante, en Europa, desde que acabó la Segunda Gran Guerra. Las posiciones se encuentran realmente enfrentadas, porque, en cierto modo, parece que el mundo vira al contexto geopolítico que se instauró tras 1945, con Occidente -entendiendo por éste, los actuales países OTAN- y Oriente -representado, fundamentalmente, por Rusia y China-.

Pero no hemos venido a hablar aquí de un acontecimiento que nos gustaría que no se hubiera dado. Queremos hablar del poder de la música para remover conciencias y promover la paz. Queremos hablar de las canciones para la paz. Porque Verdejo, Crianza y un servidor, Claude Gross, somos firmes defensores -como el 99,9 por ciento de los mortales- de un mundo sin violencia.

 

El poder oculto tras unas notas musicales

Hemos escrito largo y tendido en esta bitácora de los Oinoz, del poder sanador de la música, de cómo una simple canción hace a personas que perdieron la memoria revivir momentos de su pasado, de grandes conciertos que sirvieron para trasladar un mensaje de unidad en torno a la música, uno de las armas socializadoras más pontentes… Pero ese otro poder oculto tras unas notas musicales, que es el de remover conciencias, no podía pasar desapercibido en un momento como éste.

Por eso, hemos decidido elaborar esta breve lista, de cinco canciones para la paz, que seguro que te harán creer, como a nosotros, que hay sonidos que agitan corazones, que hacen pensar y actuar. Y que, si un día los que dicen ser los grandes líderes del mundo cierran los ojos, dejan el orgullo cegador a un lado, y miran más allá de su propio ombligo, entenderán que el mundo puede ser de otra manera. ¡Vamos allá!

 

1. John Lennon & The Plastic Ono Band – Give peace a chance (1969)

 

El líder compositivo de The Beatles -con el permiso de Paul McCartney– ya se encontraba, en 1969, con la mente puesta en otros proyectos musicales. Y éste es un buen ejemplo de ello. La canción fue grabada en la habitación 1742 del hotel Queen Elisabeth de Montreal, por parte del hombre de las gafas de cristales redondos, junto a un grupo de amigos, con el nexo de unión que es Yoko Ono. Es el primer sencillo en solitario de Lennon, y alcanza el número 14 del Billboard americano y el 2 de los Charts británicos.

El tema cobra especial relevancia dado que es un himno contra la guerra de Vietnam, no respaldada por una parte importante de los estadounidenses, en plena época de la contracultura. Fue cantada por medio millón de personas en el Día de la Moratoria de Vietnam, el 15 de noviembre de 1969, en Washington DC.

El 4 de marzo pasado, a las 8,45 horas, 150 emisoras de radio públicas europeas emitieron de manera simultánea la canción. Cuatro días después, fueron 200 las que se sumaron a ese acto de protesta, y a la vez, de búsqueda de esperanza.

 

2. Bob Dylan – Blowin’ in the wind (1963)

 

La música de Bob Dylan lleva mucho tiempo entre nosotros. Pero, lo que es más importante, perdurará en el tiempo.

Esta canción, escrita hace sesenta años, publicada un año después como sencillo (1963), es un compendio de esas preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez, pero que no tienen una respuesta evidente, aunque la tengamos delante. Tan insondables como aquellas cuestiones de quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos… que con cierta sorna cantaran los vigueses Siniestro Total, hace varias décadas.

En concreto, Blowin’ in the wind fue considerado en su momento un himno del movimiento de los derechos civiles, que sacudió a los Estados Unidos en torno a los años 60 del pasado siglo, y que buscaba equiparar a todos, en busca de una convivencia pacífica.

La vigencia del tema es evidente.

En las protestas contra la Guerra de Irak -la segunda-, los manifestantes de todo el mundo cantaban, entre otros, esta canción que, además, sonó, con versiones adaptadas a los diversos idiomas, en el transcurso de las celebraciones religiosas de las iglesias católicas durante muchos años, en los 60, los 70 y los 80.

 

3. Jarcha – Libertad sin ira (1976)

 

Tras cuatro décadas de dictadura, en España, las heridas de una guerra entre hermanos aún no se habían restañado. Esta canción, que apenas unos meses atrás habría sido impensable publicar, ve la luz en el año 1976, pese a lo cual estuvo en el foco de una censura ya en horas bajas. Sirvió para promocionar el lanzamiento de uno de aquellos periódicos que salieron a la calle en los primeros compases de la democracia. En este caso, Diario 16. El sencillo fue número 1 durante cinco semanas en España.

Habla de las ansias de libertad de un pueblo, en el que ciertas tradiciones han impregnado de una forma evidente en el grueso de la población, pero se busca mirar al futuro de otra manera.

La canción volvió a la actualidad a finales de los 90, tras el asesinato por la banda terrorista ETA del concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco.

 

4. José Luis Perales – Que canten los niños (1986)

Que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar… Para toda una generación de hispanohablantes, esta emotiva canción del compositor conquense José Luis Perales, es mucho más que un tema que tuvo un excelente recorrido por las listas de éxitos de toda Iberoamérica, tras su lanzamiento, en 1986. Un tema coral, que pone el foco en la bondad e inocencia de los niños, con vistas a demostrar la fuerza de la unidad y de la lucha pacifista en pro de las pequeñas cosas (aquellas que no se pagan con dinero) que, como el tiempo demuestra, son las realmente importantes.

 

5. U2 – Pride (In the name of love) (1984)

The Unforgettable fire, un disco conceptual de U2 grabado en el castillo de Slane, fue posicionando a la banda irlandesa hacia un gran público al que, de manera rompedora, llegaría con su siguiente álbum. Ese trabajo, publicado en 1984, incluía esta excelente canción, dedicada a Martin Luther King, tras la lectura del libro Deja que la trompeta suene: La vida de Martin Luther King de Stephen B. Oates y una biografía de Malcolm X. Ambos fueron defensores de los derechos civiles de la población negra en Estados Unidos, ambos fueron asesinados. Este tema habla del asesinato del primero, aunque con algún dato incorrecto, como el momento del tiroteo. Sin embargo, el sentido de la canción no puede tener más significado en un momento como el actual: en concreto, por la alusión que incorpora su “subtítulo”: En el nombre del amor. Si todos actuáramos en el nombre del amor, el mundo giraría de otra manera.

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