Las casas discográficas. Las principales compañías, a qué se dedican y por qué son tan importantes en el mundo de la música

Hoy vamos a hablar de casas discográficas.

Sabéis que los Oinoz somos unos apasionados de todo lo que tenga que ver con la música. De ahí que hayamos querido profundizar en algo mucho más importante de lo que pueda parecer: la industria musical.

Como en muchos ámbitos empresariales ya consolidados la tendencia hacia la concentración es evidente, porque los negocios han de crecer y el mercado, en ocasiones, da para lo que da…

Lo cierto es que los contenidos siguen publicándose, aunque las ventas físicas han caído de una manera notabilísima y el sector ha tenido que afrontar una evidente reconversión, dando paso al consumo en plataformas online por las que, en ocasiones, los usuarios pagan, o, en caso contrario, han de consumir publicidad. La música, por tanto, contribuye también a la difusión de las marcas. Y precisamente este filón lo están sabiendo explotar las casas discográficas

Pero veámoslo en detalle.

 

La explosión discográfica de los 50, los 60 y los 70

En un momento dado había una gran amalgama de casas discográficas. Seguramente hayas visto en el reverso de algún disco en la casa de tus padres, o en tu propia casa, si tienes más de 30 años, álbumes con el sello Polydor, EMI, Parlophone, Virgin, CBS, Geffen… Incluso Motown o Stax, por citar sólo algunas de las míticas que han recorrido el camino durante el siglo XX en algunos casos y, hasta en el siglo XXI, en otros.

Con el impulso que da el rock and roll al consumo musical, el pop melódico, el surgimiento del soul y el heavy metal… Todo ello metido en una licuadora dio como resultado una importante industria que generaba además de entretenimiento, numerosa actividad económica y puestos de trabajo.

Del vinilo

La realidad es que, durante décadas, la producción de unidades musicales -por evolución, discos de laca, vinilo, cassette, compact disc, hasta de minidisc…- fue ingente, porque se consumía muchísima música física -por ejemplo, del disco Thriller de Michael Jackson, se habían vendido la friolera de 66 millones de unidades cuando se cumplían 25 años de su publicación, en 1982-. Ese es, según la RIAA, la Asociación de la Industria Discográfica de los Estados Unidos de América, el disco más vendido de la historia. Esto siempre hay que tomarlo como lo que es: un dato parcial y referido a occidente. Pero nos sirve como un acercamiento muy realista al contexto que planteamos.

 

 

A esas casas discográficas había que sumar las casas nacionales que muchas de ellas tenían. Por poner dos ejemplos, Stockholm Records en Suecia o Parlophone España.

Y a los productos eminentemente sonoros, hubo que añadir otros con el devenir de los tiempos, como DVDs, blu rays, merchandising… Un negocio redondo, en determinados casos. En otros, no…

 

Pero, ¿por qué ha habido una concentración de discográficas?

Precisamente por eso, porque la vaca a ordeñar no daba para contentar a todos. Perdonad la expresión. La concentración podríamos decir que se produce de forma natural y, como en otros sectores, el pez grande ha acabado comiéndose al pequeño.

De manera que nos encontramos, en 2022, con que existen tres grandes conglomerados que controlan el 70 por ciento de la música que se distribuye en todo el mundo. Sí, ¿y qué pasa con el resto? Esto lo veremos más adelante, con tu permiso.

 

Las tres majors

Así las cosas, en el mundo de la música hoy en día nos referimos a esas tres grandes casas discográficas como las majors, que poco a poco se han convertido en grandes matrices en las que han ido integrando a sus otras que han pasado a ser filiales. Ahorro de costes y cada vez un catálogo más apabullante.

En la actualidad son éstas las tres casas discográficas (o disqueras, como las denominan nuestros amigos latinos) más importantes del mundo, en definitiva, las majors:

 

Universal Music Group

Ésta es la compañía editorial musical más grande del mundo, con el 32 por ciento de todo el mercado.

Nacida en 1934 como sucursal norteamericana de la compañía Decca, pasó a contar con este nombre en 1996, integrando dentro de sí algunas de las label más importantes de la historia, como Capitol, EMI, Geffen, A&M, Island o Def Jam, aunque posteriormente se desprendería de algunas, como la subdivisión EMI Classic.

Entre los artistas con que cuenta esta matriz discográfica se encuentran The Weeknd, Rihanna, Taylor Swift, Metallica, Nirvana, Bon Jovi, Imagine Dragons, U2, Billie Eilish o BTS.

 

 

En su caso, tiene sus oficinas centrales en la ciudad californiana de Santa Mónica y cuenta con representación en 60 países.

Aunque es la discográfica más poderosa, no es la que mayor alcance mundial tiene. Esa condición la asume Sony Music Publishing.

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Sony BMG Music Entertainment

Compañía estadounidense fundada en 1929 como American Record Corporation, posteriormente asume el nombre de Columbia (1938) y más tarde CBS hasta que en 1998 la nipona Sony compró la compañía y pasó a llamarla Sony Music Entertainment 62 años después de su formación, en 1991.

Con la entrada del grupo Bertelsmann, en 2004 se le añadió el apellido BMG, y se integró en su catálogo la música de BMG, Ariola, Columbia o RCA.

En el caso de Sony, se calcula que asume algo más de la quinta parte del pastel mundial de la industria discográfica.

Tiene su sede en Nueva York y un lema: Sony, la compañía de la música. Pero además de la principal, cuenta con sedes en medio mundo, aproximadamente en una cuarentena de países. En particular, en las principales ciudades europeas, pero también en Australia y Sudamérica.

Han formado parte de la compañía artistas de la talla de Michael Jackson, Mariah Carey, The Black Eyed Peas, Travis Scott o Shakira.

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Warner Music Group

La tercera discográfica más importante del mundo, con en torno a una sexta parte del mercado musical internacional.

El conglomerado mediático Warner Media tiene entre sus divisiones la musical, que emplea a 4.500 personas, que opera en 70 países de todo el mundo, y que factura cada año miles y miles de millones de dólares, gracias al papel de músicos como Ed Sheeran, Dua Lipa, David Guetta, Bruno Mars o The Rolling Stones.

Entre los sellos que engloba están Parlophone, Elektra Records, EMI Classic, Atlantic Records, por los que han pasado figuras como The Beatles o Led Zeppelin, por poner algunos ejemplos.

Fundada como Warner Music en 1958 -si bien Atlantic nació en 1947 con grabaciones de jazz y soul-, tiene sus cuarteles generales en la ciudad de los rascacielos, Nueva York, y en los últimos tiempos está apostando también por los medios digitales.

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¿Y el resto del pastel?

Existe una bolsa enorme de pequeñas compañías discográficas, las denominadas independientes, que hacen un juanpalomo, de manera que con una escasa cantidad de recursos personales y materiales buscan dar aire a proyectos musicales que consideran de interés.

En todo el mundo representan en torno al 30 por ciento del negocio de la industria musical y son cientos, miles los proyectos de este tipo que nacen, crecen y en muchas ocasiones han de cerrar la persiana.

En España tenemos como caso de éxito el logrado por los madrileños Vetusta Morla, quienes pusieron en marcha su propia discográfica, con bastante éxito.

En España también se recuerda aún lo que logró la casa Subterfuge, abanderada de las grandes independientes que, en los años 90, en particular, logró importantes éxitos, que proyectaron a grupos como Dover, que con su Devil came to me vendió miles y miles de éxitos, para después ser fichados por una major.

 

¿Qué hacen las casas discográficas?

Mucho han evolucionado las casas discográficas, pero la realidad es que a sus funciones tradicionales (como casi todas los negocios) han ido añadiendo otras nuevas.

Entre las clásicas, se sitúan las siguientes: scouting, o localización de potenciales talentos; producción de sencillos, álbumes y recopilaciones, fabricar los soportes, distribuir la música que sale de sus oficinas, desarrollar acciones de promoción y marketing, relaciones con los medios, vigilar el cumplimiento y la correcta aplicación de los contratos, así como facilitar el despliegue de eventos, de los que también reciben ingresos.

A esas tradicionales acciones se han sumado otras como la difusión en redes sociales, o la negociación con plataformas de streaming, que son los principales puntos de contacto en la actualidad entre los músicos y las discográficas y los consumidores.

Tanto han evolucionado que hasta están preocupadas por la Responsabilidad Social Corporativa.

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